viernes, 17 de abril de 2009

El profe de Filosofía


Diego Sandoval, alumno de 1º C de Bachillerato, le hizo esta caricatura al profe de filosofía delante de su geta. Olé y ovación cerrada del público.

martes, 24 de marzo de 2009

Verdad interior y exterior


Alvaro Liniers se ha motivado e iustra la verdad interior como una sombra de una silueta. Antonio Jimenez, más conocido como "Antuan", estampa la verdad exterior a la persona como un círculo lleno de otras personas. Javier Hernández Tejón se estrena en el arte estableciendo una armonía entre la verdad interior unida a la verdad exterior y un cortocircuito: cuando el hombre se queda solo con su verdad interior aislada termina por no saber ni quien es él mismo.



Alumnos de 1º C de Tajamar.

Cansancio y superación




El arte se dice de muchas maneras. Aquí vemos dos fotos de Quira, la perra de Antonio y Juan Diaz, abatida ante el agotamiento, en un principio, y victoriosa e intelectual al final.

domingo, 15 de marzo de 2009

Ser análogo, unívoco, equívoco


Antonio Jiménez, enfadado porque el profe no se aprende su nombre ni a la de cien, salió a ilustrar el problema del ser. La idea unívoca del ser –todo es igualmente- la reflejó con la igualdad entre dos siluetas del mismo color. La idea equívoca del ser: todo cambia, todo es igual a cualquier cosa, fue lúcidamente expresada por José Antonio Villamarín con una igualdad entre dos siluetas de colores distintos –aunque hubo que animarle a que se levantara y pintara-. Por fin llegó el turno a la idea análoga del ser –la buena-: los seres son en parte iguales y en parte distintos. Álvaro Liniers estuvo artista y estableció relaciones armónicos entre los seres entendidos de manera análoga y relaciones rotas entre seres entendidos de modo equívoca. ¿Acabaremos en un manicomio?




Alumnos de Bachillerato 1º C Tajamar.

jueves, 12 de marzo de 2009

Pintando el ser


Kevin Campos –un tipo no muy metafísico- se quedó alucinado cuando tuvo que pintar al ser. Plantó en la pizarra la silueta de un tío. Se le pidió que se lo currara un pelín más: volvió a pintar lo mismo pero le borró la cara...algo es algo. Ahora toca pintar la verdad: Carlos Ja Roman le pone cara a la silueta con color blanco. Ahora toca pintar el bien: Antonio Jiménez le planta un corazón a nuestro tipejo pintado. Toca la belleza: Álvaro Crespo, experto encargado de faltas y de horarios, no se corta un pelo y le planta al muñeco un sombrero. Aunque la belleza no es un gorro de quita y pon es la hora de terminar; así que “chapeau” para Álvaro. Hoy no tenemos máquina; con un móvil más simple que el asa de un cubo el profe –que está como una cabra- hace una fotucha. Somos de barriada obrera pero más progres que los de bellas artes.

martes, 10 de marzo de 2009

¿Prohibido prohibir?


A Carlos de la Sierra le encanta emitir ruidos extraños pero también piensa y piensa muy bien. Representó el ataque del principio de no contradicción como un programa informático que borrara a otro programa que sirve para borrar. La genial idea fué simplificada: dejémoslo en aquello tan absurdo del "Prohibido prohibir" de mayo del 68. Y ahora la defensa de los revoltosos: ¿Cómo justificar el prohibido prohibir? Todos, incluido el profe, con cara de haba. Pero salta Francisco Martínez "para asegurar lo prohibido" -tómese o déjese, a voluntad- Con un cuadro amarillo asegura la prohibición. Por fin: restablecer las cosas claras y el chocolate espeso...Acabar con la justificación del absurdo. Carlos quiere volver a intervenir pero el profe pide nuevos participantes...Nanai. El teacher corta por lo sano: unos blancos rayos destructores se cargan la prohibición de prohibir. Vuelta a la sencillez: hay cosas prohibidas y cosas permitidas. La foto: salta el flash una y otra vez: Alvaro consigue por fin una foto.
Alumnos de 1º D de Bachillerato del Instituto Tajamar (Madrid)

lunes, 9 de marzo de 2009

El problema de Aristóteles


Ismael García ya había decorado un poco la clase. Tras pedalear sobre el principio de no contradicción expresamos gráficamente nuestras reflexiones. La gente pidió fondo oscuro en la pizarra. Enrique Carrasco, simbolizó el principio de no contradicción -una cosa no puede ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido- distinguiendo dos formas diferentes con un color verde claro que no acabó de ser bienvenido por la mayoría. Santi Cuadrado se marcó una paranoia con unos cálculos -que fueron contrastados-: Venía a decir que con una cuerda se pueden hacer formas distintas partiendo de lo mismo. Me dejaron sin habla los cálculos y el cuco ataque al principio de Aristóteles. Luego Adrián Duerto pusó punto y final simbolizando que el círculo es un círculo, el triángulo un triángulo, aunque provengan de una cuerda. Gonzalo Fornell puso el título a la obra. El profe, como siempre, se perdía entre sus papeles y sus tizas y el siguiente teacher -el temible Calahorra- casi le echa a boinazos.



Alumnos de 1º de Bachillerato A del Instituto Tajamar (Madrid)